lunes, 11 de abril de 2011

Unidad 2 - Cuidando de los animalitos

Juancito vivía en un grande campo lleno de animales. Desde pequeño, él ayudaba a su padre a cuidar de los animales. Juancito jugaba, mimaba y alimentaba los hijitos con todo cuidado. Él sabía que lo que era necesario para cada animalito del campo era crecer fuerte y saludable.
Un día, la familia de Juancito se mudo para una casa en la ciudad. Allí el niño no tenía muchos animalitos para cuidar, solamente un gato. Juancito no entendía porque la ciudad había tantos animales abandonados y heridos. El deseo de él era que llevasen todos los animales para casa, pero allí no había espacio suficiente para eso.
Él hizo muchas amistades en su nueva escuela, se tornó amigo de Pablo, un niño muy divertido y graciosos, pero tenía un defecto: no le gustaba los animales.
Él hacia muchas maldades con su perro, y siempre hacía algo contra los animales que se quedaban próximos a su casa.
Hasta que un día, Juancito se puso muy triste con el modo que su amigo trataba su perrito y entonces le pidió para que Pablo le diera el animal, y el niño le se lo dio.
Juancito, junto con su padre, pasaron a cuidar con mucho cariño al perrito. Después de algunos días el animal estaba fuerte y saludable. Cuando Pablo vio a su perro tan bien cuidado pregunto:
- Juancito… ¿Lo que te hace gustar tanto de los animales? ¡Este perrito esta tan diferente! ¿Lo que ocurrió? Y Juancito respondió, sonriendo:
- Yo apenas estoy tratando este animalito con amor. Yo y mi padre damos comida, jugamos y paseamos con él, hacemos de todo para tratarlo bien, así como enseña la Palabra de Dios.
- ¿La Palabra de Dios habla sobre los animales? Preguntó Pablo.
- Sí, Dios enseña en la Biblia que las personas buenas cuidan bien de sus animales, pero las personas de corazón malo son malvadas con sus animales de estimación.
- Yo no quiero que Dios se ponga triste conmigo. A partir de hoy nuca más seré malvado con ningún animal y voy a tratar muy bien de ellos, dijo Pablo arrepentido de sus malas actitudes.
Dios creó el mundo a través de Su Palabra. Él dio su vida a todos los seres vivientes, se preocupó con cada animalito de acuerdo con sus necesidades. Dios no se olvidó de ninguno, y colocó el hombre (el ser humano) para cuidar de ellos. Por eso debemos tratar los animales con cariño y respecto, y alegrarnos en poder cuidar de ellos, pues la violencia contra animales desagrada a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario