martes, 14 de junio de 2011

Unidad 2 - La pesca maravillosa


Después de eso, Jesús llamó a Pedro y le dijo para que lleve el barco para bien lejos, para la parte más honda del lago, y que tirase la red nuevamente. ¿Saben lo que Pedro le dijo a Jesús? El dijo que ya había trabajando la noche entera, pero no había pescado nada; pero iría obedecer la orden de Jesús.
Pedro obedeció las ordenes de Jesús. Ellos tiraron al red, y cuando para trajeron de vuelta, casi ni la aguantaron de tan pesada. Pedro tuvo que llamar a sus amigos pescadores que estaban en el otro barco para ayudarlo, pues su barco estaba casi dando la vuelta. Los pescadores volvieron para la playa con los dos barcos llenos. Todos se quedaron sorpresas con la cuantidad de los peces. ¡Qué pesca maravillosa!
Eso fue posible porque Pedro siguió el orden de Jesús. La palabra de Dios dice que “Toda la Palabra de Dios e pura; Él es escudo para los que en Él confían". (Proverbios 30.5).
Él confió en Jesús y recibió el milagro, y lo más importante vendría después. Pedro reconoció que Jesús era Hijo de Dios y dijo:
- “¡Señor, aléjese de mí, pues soy un pecador!"
Y Jesús respondió diciendo:
“No tengas miedo Pedro, de ahora a delante tú serás un pescador de los hombres”.
Con aquellas palabras, Jesús estaba llamando Pedro para ser Su discípulo. Y Pedro aceptó la invitación con alegría y, junto con Santiago, otro pescador, dejaron los barcos, los peces y se fueron atrás de Jesús.
Cuando obedecemos a los enseñamientos de Dios, Él se trasforma en el escudo, nos libra del mal y nos bendice. Nunca se olviden que la Palabra de Dios no falla, es verdadera, y todo lo que está escrito en la Biblia, Dios cumple en la vida de aquellos que confían en Él.

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