viernes, 16 de septiembre de 2011

LAS CONSECUENCIAS DE LA MENTIRA

   

   NAAMÁN ERA un hombre muy importante del ejército de Siria, pero muy enfermo. Él tenía lepra, una enfermedad de piel que, en aquella época, no tenía cura. Naamán oyó hablar que el profeta Eliseo podría curarlo y resolvió buscarlo.
El profeta Eliseo mandó a Naamán a sumergirse siete veces en el rio Jordán y el hizo todo como fue mandado en el séptimo chapuzón, fue curado. ¡Qué alegría! Él fue curado y su piel quedó pareciendo a la de un bebé, limpiecita.
Naamán se puso tan feliz, que resolvió agradar a Eliseo dándole un regalo. El profeta no acepto los regalos, pues sabía que fue Dios que había hecho el milagro solamente Él debería ser adorado.
Giezi, el criado de Eliseo, oyó la charla y resolvió recibir los regalos en el lugar de él. Qué actitud fea. Giezi se quedó oyendo la charla solo para sacar provecho. Cuando Naamán estaba yéndose, Giezi corrió atrás de él y le pidió los regalos diciendo: Mi señor, Eliseo, mandó decirle que ahora mismo llegó de viaje dos jóvenes discípulos y le gustaría que el señor le diese una moneda de plata y dos de sus ropas finas.
Naamán se quedó contento creyendo que el profeta había cambiado de idea, y le dio las monedas de plata y dos ropas de fiesta. Después de eso, Giezi fue para la casa a esconder los regalos.
Al contrario, Eliseo preguntó adonde él había ido y Giezi, mintiendo más una vez, respondió que no había ido a ningún lugar.
Eliseo sabía lo que había hecho y, por causa de tantas mentiras, Giezi se quedó enfermo de la misma enfermedad que Naamán había sido curado. Su piel se quedó llena de lepra y hasta los hijos de él nacieron leprosos. En el libro de Salmos (119.163) está escrito: "Aborrezco y desprecio la mentira..." En este versículo el salmista revela que odia la mentira y nosotros también debemos odiarla.
CONCLUSIÓN
Amiguitos, la persona que desea librarse de la mentira debe esforzarse y determinar que no mentirá más. Dios ve todo y la mentira siempre será revelada. Puede quedarse escondida por algún tiempo, pero llega una hora que la verdad aparece. ¿Entendieron? ¿Debemos solamente decir la verdad, amén?

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