viernes, 7 de octubre de 2011

Unidad 2: Un hombre correcto

 



HABÍA UNA época en que las personas vivían de acuerdo con sus propias voluntades, y estaban distantes de la presencia de Dios. Con eso la violencia y el pecado dominaron aquellas personas y, a cada día, ellas se tornaban más y más malvadas. Dios se arrepintió de haber hecho el hombre y hasta pensó en destruir todo.
Pero Dios encontró a Noé, un hombre correcto, obediente que era muy fiel, mismo viviendo en el medio de aquellas personas. Noé recibió de Dios la misión de construir un arca, eso mismo, un barco muy grande con tres pisos, puertas y ventanas.
Noé comenzó a construir el arca y después de mucho tiempo el arca quedó lista de la forma que Dios quería. Entonces Noé, su mujer, sus tres hijos, y las mujeres de sus hijos y una pareja de animales de cada especie entraron en la arca y Dios cerró la puerta de manera que nadie pudiese abrir, ni por dentro, ni por fuera. Y después de siete días comenzó el diluvio.
Las personas que estaban fuera de la arca deben haber quedado asustadas y desesperadas, ¿verdad? Imaginen ellas queriendo protegerse, y las aguas de la lluvia arrastrando todo. Pero Noé y su familia estaban salvos. Llovió cuarenta días sin parar. La lluvia paró, pero Noé espero el agua bajar y al salir del arca, ofreció un sacrificio a Dios. Niños, Dios se colocó muy contento con la actitud de Noé e hizo una alianza con él, diciendo que nunca más destruiría la Tierra. Y colocó en el cielo un arcoíris como símbolo de esta alianza. Dios se arrepintió de terminar con la humanidad, porque vio que Noé era obediente a Él, y su obediencia hizo con que se salvase a sí mismo, su familia y los animales. Noé y su familia, vivieron felices sobre la tierra, tuvieron hijos, y se multiplicaron y nuevamente habitaron en la Tierra.

Conclusión:
Noé era un hombre correcto, semejante a lo que está escrito en la Biblia: “Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan en la ley de Dios…”. Nosotros también debemos vivir correctamente delante de Dios y de los otros, sin tener nada que nos acuse. Y estos solo sucederá si somos obedientes y practicamos la Palabra de Dios, ¿entendieron? ¡Amén!






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