lunes, 14 de junio de 2010

LECCIÓN 2

Referencia bíblica: Mateo 5.33

Objetivo de la lección: Enseñar a la niños que debemos ser verdaderos y cumplir aquello que prometemos.

Versículo para memorizar: .Pero sea vuestro hablar: Si, si o No, no.... (Mateo 5.37)

Introducción: Comience diciendo: Vamos a imaginar dos niños: una con la costumbre de jurar todo el tiempo y prometer muchas cosas, pero no cumple ninguna de ellas. El otro, solo habla aquello que puede cumplir.

¿Cual de los dos tú piensas que actua correctamente? (Espere que ellos respondan). El segundo, ¿verdad? Hoy van a aprender que quien jura ni siempre cumple lo que habla. ¿Vamos a oir la historia? (No se olvide de decir para los niños que la historia que irá contar está escrita en la Biblia).



EL JURAMENTO


Regina tenía dos hijas, la mayor se llamaba Adriana y la menor era Andrea. Ellas eran semejantes en apariencia, pero el comportamiento de las dos era muy diferente. La mayor siempre se metía en confusión en la clase de inglés, en la escuela, en el edificio donde vivía y hasta con su hermana. Para Adriana todo era razón para pelear, tenía la costumbre de mentir y nunca asumía sus errores. Andrea prefería hablar la verdad, pues sabía que la mentira siempre sería descubierta. Andrea siempre iba a la iglesia con su mamá, mientras la hermana quedaba en la casa mirando televisión.
Un día, Adriana estaba jugando en la sala de la casa cuando cayó y ¡plaft! Ella rompió el lindo vaso de su mamá. Cuando la Sra. Regina llegó, vio que el vaso no estaba en su lugar y preguntó a sus hijas lo que había acontecido. Andrea respondió que no sabía de nada y Adriana, con miedo, dijo: Mamá, yo juro que no se que aconteció con su vaso. Creo que el viento lo derrumbó.
Más una vez allá estaba Adriana jurando mentiras. Pero sra. Regina sabía que la niña siempre juraba cuando hacía algo errado. Después de algunos días, algunas estudiantes de la clase de inglés de Adriana hicieron un lío y todos los padres fueron llamados para hablar con la directora. Mientras volvían a la casa, sra. Regina pidió para la hija contar lo que había acontecido. Adriana, muy triste, respondió: Mamá, yo rompí el vaso, pero juro que esta vez no hice Adriana, muy triste, respondió: Mamá, yo rompí el vaso, pero juro que esta vez no hice ningún lío.
Niños, ¿cómo creen que su mamá reaccionó? Sra. Regina miró bien seria a la niña y dijo: Hijita, yo ya sabía que había sido tú quien rompió el vaso. Pero ahora sea verdadera y dime si hiciste lío en la clase.
La niña, con el rostro triste, respondió: No, mamá. Yo juro que esta vez no tengo ninguna culpa.
Sra. Regina aprovechó el momento para enseñar algo muy importante para la hija sobre la Palabra de Dios en relación al actuarnos según la voluntad de Dios. Jesús nos enseña que por ningún motivo debemos jurar. Adriana vivía jurando y mintiendo, por eso nadie la creía. A partir de aquel día, ella aprendió la lección y comenzó a participar de las clases en la EBI junto con la hermana.

Conclusión: Por ser mentirosa, Adriana pensaba que jurando las personas la creerían. Pero ella estaba equivocada, pues la persona que es verdadera no necesita quedar jurando por nada y ni por nadie, pues su palabra es siempre sí o no. Cuando ella dice que irá hacer alguna cosa, ella hace de verdad, ¿entendieron, niños?

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