Había una mujer que le gustaba mucho hacer tortas. Las tortas de aquella mujer eran deliciosas. Ella hacia tortas de vainilla, chocolate, naranja, tortas de varios sabores. La mujer agarraba los ingredientes (muestre las figuras, menos el fermento) y mezclaba todo, pero ella nunca se olvidaba de colocar le fermento, pues él es muy importante para el preparo de la torta. La mujer mesclaba, mesclaba la masa (mueva el bol con la cuchara de madera, como si estuviese batiendo la masa de la torta). ¿Cómo hacía la mujer niños? (mueva nuevamente el bol y pida para que la copien). Mesclaba hasta que la masa estuviese lista y el fermento hacía la masa crecer, crecer (abra los brazos despacio dando la idea de crecimiento). Y después de asado, la torta quedaba grande y linda. ¿Ustedes saben lo que hace la torta quedarse grande y linda? El fermento. Entonces, feliz, la mujer servía la rica torta para su familia.
Conclución:
Amiguitos, así como el fermento hace crecer, así también ustedes deben crecer con Jesús dentro de tú corazón. La mujer se quedó feliz cuando la torta se quedó lista, y Jesús también se queda feliz cuando ustedes hablan de las historias 18
de Él para tus amiguitos. Por eso, cuenten las historias que ustedes aprenden aquí en la EBI para todos.
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