miércoles, 21 de julio de 2010

Lección 3 - La parábola del buen samaritano


Cierta vez Jesús contó una historia para explicar sobre la importancia de amar al prójimo y, para eso, Él usó el ejemplo de tres hombres: un sacerdote, un levita y un samaritano. El sacerdote era un hombre escogido para ofrecer sacrificios y hacer oraciones por el pueblo de Dios..
El levita era aquel que ayudaba al sacerdote a cuidar del Templo, la Casa de Dios. El samaritano pertenecía a un pueblo que no se daba bien con el pueblo de Israel, pues tenían creencias diferentes.
.Un día, los tres vivieron la misma situación, pues un hombre que viajaba de la ciudad de Jerusalén a Jericó fue asaltado por ladrones perversos. El hombre quedó muy espantado y entregó todo que tenía para los ladrones. Pero además de robarlo, los ladrones lo golpearon mucho y lo dejaron lleno de heridas. Después se fueron dejándolo en el camino. El sacerdote andaba por aquel camino y, al ver el hombre caído en el piso, siguió apresuradamente y no lo ayudó. Después de algunos minutos, un levita también pasó por allí y vio que el hombre estaba casi muriendo, pero no acudió al herido.
.En seguida, fue la vez del samaritano pasar por aquel camino. Él actuó diferente de los otros dos. Al ver al hombre herido y gimiendo de dolor, el samaritano bajó de su animal, agarró un poco de vino y aceite, y los puso en la heridas de aquel hombre. Porque en aquellos tiempos se usaba el vino y el aceite para curar las heridas. Después de eso, él puso al hombre sobre su animal, lo llevó para una posada y cuidó muy bien de él.
.Antes de irse, el samaritano aún pagó sus gastos y pidió para el dueño de la posada que siguiera cuidando del herido hasta que quedara bien. Si gastara más de lo que había pagado, cuando volviera aquella ciudad pagaría lo demás.
.Que bella actitud tuvo el samaritano, él actuó de acuerdo con la Palabra de Dios. Dios desea que seamos como aquel buen samaritano. Nunca debemos negar ayuda a quien necesita. El sacerdote y el levita conocían la Palabra de Dios, pero no la practicaban. Imaginen como Dios quedó triste con aquel comportamiento egoísta de los dos. Jesús desea que seamos misericordiosos y bondadosos con nuestro prójimo.

1 comentario:

  1. hola mi amigo! cordial saludo ^ ^!
    su blog se ve bonita 0_0

    Por cierto,
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    Atentamente,

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